Las pobladoras de Santiago Mexquititlán agregaron que incluso a una de sus compañeras se le agredió físicamente con un martillo, esto a cargo de una persona denominada “El negro” quien es habitante de la comunidad y presunto coordinador del grupo de choque.
Pese a las lluvias, las juventudes del barrio volvieron a patear el balón, rompiendo el confinamiento para reavivar el espíritu de San Pancho, fortaleciendo y construyendo lazos de solidaridad y comunidad que poco a poco van redefiniendo la identidad y lucha del barrio.
Las y los manifestantes exigen que el gobierno estatal les otorgue el recurso de la obra a las y los pobladores de Santiago Mexquititlán, así mismo, exigen se realice un fideicomiso para poder realizar las modificaciones de acuerdo a las exigencias de la población, con estudios de impacto socioambiental necesarios.
Pese al gran talento que existe en las y los jóvenes del barrio, la apuesta de los gobiernos estatales y municipales ha sido la de promover un tipo de arte que no se vincula a las comunidades y sus procesos, sino que construye burbujas intelectuales que impulsan la mercantilización del arte, así como la patrimonialización de los saberes ancestrales y populares.
